jueves, 11 de enero de 2007

Estación ULA

Érase una estación en donde los trenes se negaban cada tanto a detenerse, por temor a que el silencio los abordara. Desde su andenes, podría decirse, sólo unos cuantos perdedores apostaban a dejarse caer, para que los carros les llevaran adonde el sol les entibiara la mala suerte.
Entonces llegaron los chinos con su lengua ininteligible y sus aromas a verduras embriagadas de ajo y jengibre, iluminando los sombríos pasillos de la estación con sus vestimentas tornasoladas, para alegría de aquellos perdedores que se arrumbaban en las escaleras , y que ahora hacen ordenada fila para perder eternamente al tablero chino .
By Oliveira

4 comentarios:

Eulalia dijo...

Pero ¡Bueno!
Primera sorpresa del año. Ustedes dos en colaboración. En asociación. En disociación.
Sería necesaria una fotografía para hacerme creer que, de veras, ustedes son físicamente dos.
Un beso, y que sea enhorabuena.

Eleuterio Gálvez, el cónsul temerario dijo...

Apreciado Amigo Oliveira:
No entiendo, la verdad, cómo Ud. pueda estar en colaboración con ese Solís. Cuídese de él, aunque tambié de Ud. mismo. Evite que los ataques de realismo de Solís le hagan empeñar su idealidad.
Su amigo,
Eleuterio.

Eleuterio Gálvez, el cónsul temerario dijo...

Eulalia:
Ahora que lo dices, nunca he visto a Oliveira y a Solís juntos...
Yo pongo las manos al fuego por Oliveira.

Albornoz & Bórquez dijo...

Responderé por Solis y por mi. Talvez en el futuro publicaremos una foto de ambos cenando en el Torres junto a Everaldo y Donders hace algunos años.
Pongo las manos al fuego por mí. Por Solís, que se queme.